Queridos hermanos en la Alianza del Paraguay:
Les envío a todos un saludo cordial desde el Santuario Joven. Como todos ustedes saben el 31 de Mayo de este año 2019 conmemoramos los 70 años del Tercer hito de la historia de Schoenstatt y al mismo tiempo, recordamos y celebramos los 60 años de ese sencillo acto que se llevó a cabo en una sala del Colegio Mons. Lasagna en Asunción, por medio del cuál se fundaba el primer grupo de Schoenstatt en el Paraguay. En esa ocasión, un pequeño grupo conformado por tres jóvenes y un sacerdote le dieron un sí audaz y generoso a la Reina y se comprometieron para que la Mater conquiste los corazones paraguayos y de este modo Ella inicie una verdadera corriente de renovación religiosa y moral en tierra guaraní. En ese momento y con ese acto, que pasaba desapercibido a los ojos del mundo, se fundaba Schoenstatt en Paraguay y se volvía a hacer realidad lo que nuestro Padre dijera el 18 de Octubre de 1914: “¡Cuántas veces en la historia del mundo ha sido lo pequeño e insignificante el origen de lo grande, de lo más grande!” 1.
Desde aquél momento cargado de gracias y bendiciones han pasado 60 años:¡Tenemos mucho para agradecer! En primer lugar por el amor y la fidelidad inquebrantable de nuestra Madre a la Alianza primera. Queremos agradecer por todo lo que Ella ha obrado desde esos momentos hasta el día de hoy por medio de débiles instrumentos. Queremos agradecer porque nuestra querida Tupãsy miró la santa Morada de Tupãrenda, “erigió allí su trono”, y desde ese lugar santo, como lo hizo desde el Santuario original, Ella fue “repartiendo sus tesoros, obrando milagros de gracia”2 y fue “imponiendo santas tareas sobre débiles hombros”3.Queremos agradecer por tantas gracias y bendiciones recibidas en estos 60 años; queremos agradecer asimismo por la fidelidad de tantos hermanos en la alianza, que a lo largo de estos años, desde que se entregaron a nuestra Madre, han dado su sí y lo dan día a día, para construir con amor la Nación de Dios. Queremos agradecer por tantas iniciativas y emprendimientos llevados a cabo que han permitido entregar apostólicamente nuestro carisma para bien de la iglesia y de nuestra sociedad.
Asimismo, no podemos contemplar nuestra historia santa sin reconocer humildemente nuestra pequeñez y pedir perdón por nuestras negligencias, infidelidades y mezquindades; queremos pedir perdón por no haber sido generosos o suficientemente audaces en nuestra respuesta y en los compromisos asumidos. Todo ello lo encomendamos a la infinita misericordia de Dios.
Ahora bien, con este Jubileo de los 60 años, tomando la expresión de San Pablo, queremos sobre todo “lanzarnos a lo que está por delante” (Cfr. Flp 3,13) y “seguir corriendo hacia la meta”. Nuestro Padre Fundador nos enseñaba que los jubileo eran tiempos de conmemoración, pero también, momentos de gracia para renovarnos en nuestro amor, en nuestra fidelidad generosa y creadora, y así seguir construyendo el presente y el futuro con magnanimidad y audacia. Al cumplirse este 31 de mayo los 60 años del Movimiento en nuestro país, queremos renovarnos todos los schoenstattianos del Paraguay en construir con nuestra lucha por la santidad la tan anhelada Nación de Dios, corazón de América. De modo particular, lo queremos hacer hoy realizando el objetivo actual de “vivir con coherencia, como apóstoles del Padre, cuidando la vida y la familia”.
Por todo esto quiero invitarles a que celebremos el próximo viernes 31 de Mayo estos 60 años a lo largo y ancho de toda nuestra patria y en toda nuestra familia nacional: en todas nuestras comunidades, ramas, estamentos y grupos. Les invito a unirse en una gran corriente de oración y gratitud desde los tres santuarios filiales de nuestra patria, desde nuestras ermitas, santuarios del hogar y del trabajo, desde cada santuario corazón que arde en amor por nuestra Madre, y desde tantos lugares donde Ella se ha arraigado. Les propongo que, en preparación a esta fecha significativa, ofrezcamos horas de adoración, el rezo del rosario, la celebración de la santa nisa y abundantes contribuciones al
capital de gracias… Asimismo, les sugiero rezar la oración de nuestro Padre “el cántico del terruño”, implorando abundantes gracias para nuestra Familia paraguaya.
Dada la importancia de esta conmemoración les quiero invitar a participar de una Eucaristía en
gratitud en la Iglesia Santa María de la Trinidad, junto a nuestro santuario Nacional de Tupãrenda, el mismo día 31 de Mayo a las 20:00 horas. A los que no puedan acompañarnos físicamente en Tupãrenda, les invito a que se unan ese mismo día desde sus respectivas comunidades por medio de la santa Misa o por alguna otra manera de celebración. De este modo nos uniremos todos como una misma y gran familia de hermanos en la Alianza, en comunión con aquellos que también nos acompañan desde el cielo y han sido piedras vivas en la construcción de esta historia santa del Schoenstatt paraguayo. Luego de esa misa en Tupãrenda haremos allí un momento de encuentro y de festejo de Familia, con la presencia de algunos testigos de esa primera hora que podrán acompañarnos.
Queridos hermanos, nuestro Padre, que no alcanzó a visitar nuestro país, pero que lo miró con cariño nos acompaña especialmente. Imploremos su bendición sacerdotal. Imploremos también la intercesión de nuestros queridos santos paraguayos, San Roque González y la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, para que podamos ser fieles y heroicos en la entrega por nuestra misión. En este jubileo, renovemos nuestro amor y nuestra fidelidad heroica a la Alianza, en el espíritu de esta hermosa canción: “nos escogiste a nosotros, para los vientos lanzar, la misión que el Padre Eterno al Paraguay entregó: edificar nuestra patria como la nación de Dios, de nuestra América joven, generoso corazón”.
Desde el Santuario joven imploro para todos ustedes mi bendición sacerdotal.
1. Acta de Fundación del 18 de Octubre en Documentos de Schoenstatt.
2. Cfr. Acta de Fundación del 18 de Octubre en Documentos de Schoenstatt.
3. Cfr. Plática del 31 de Mayo de 1949, en Documentos de Schoenstatt.