Gracias a que solo viven a unas cuadras de Tupãrenda las excusas para faltar a misa los domingos y así arrancar renovados las actividades de la semana, nunca fueron válidas para la familia Ortega Barrios.
Las visitas al Santuario Nacional no tardaron en dar frutos. El menor de tres hermanos, Fito Ortega, decide ser parte de la Juventud Masculina. Pero luego de su primera reunión no quedó convencido y decide ya no ir.
Pero quien tiene la última palabra es la Mater y ella se encargó de hacerle ver que estaba totalmente equivocado. El domingo siguiente, luego de la misa, Fito se confiesa con el Padre Kühlcke, quien le dio una mirada distinta de la Iglesia e hizo que cambie totalmente su visión y diera su primer gran SI.
UN GRAN COMPROMISO
“Para mi ser JM significa una responsabilidad enorme por hacer bien las cosas, un compromiso de ser realmente un hombre nuevo”, destacó Fito que sello su alianza de amor en el 2016 y este año tiene el gran desafío de ser Jefe de la Diócesis Tupãrenda y San Lorenzo.
Considera una responsabilidad tremenda asumir este cargo, pero confía plenamente en el equipo de trabajo que han conformado y por sobre todo en que ella va a estar siempre al frente de todo lo que emprendan.
Sobre sus planes señaló que apunta a nutrir de sentido de pertenencia a los muchachos. “Creemos firmemente -junto con mi cúpula- que ninguno de los muchachos debe quedar sin ningún rol, todos debemos empujar juntos el carro”.
Agregó que la predisposición, la persistencia y por sobre todo la unidad son las principales fortalezas que destaca a la Diócesis Tupãrenda y San Lorenzo.
Sobre algunos de sus principales retos al mando de este cargo expresó que es saber explotar al máximo al asesor que tienen, “es un lujo tener al Padre Oscar, tiene una inteligencia y una sabiduría tremenda que como rama debemos saber explotar al máximo”.
EN SU DÍA A DÍA
Fito tienen 21 años y se encuentra cursando la carrera de Ingeniería en Zootecnia, es amante del deporte y del campo. A parte de ser JM es parte de Techo Paraguay y un Misionero 365.
“Comencé misionando en las MTR, en donde soy jefe de servicio al igual que en las Familiares, fui papá en las MUC y también misione en las MCC. Para mí ser misionero es un estilo de vida y no sólo una actividad de una semana, mi plenitud máxima en esa semana es mi cocina y de hacia ese lado ver feliz a los demás».
Fito concluyó contándonos -entre risas- que además gracias a las misiones conoció a una de las persona más genial del mundo Rosi e hizo amigos que siempre están en las buenas y en las malas.
“La tranquilidad en medio de la desolación es una gran perfección”, es la frase del Padre José Kentenich que siempre tiene presente.
Fito Ortega Barrios
Jefe de la JM Diócesis Tupãrenda y San Lorenzo