Cuando la Hermana Jimena nos contaba que la Inmaculada de Tuparenda no tenía Corona, nació una corriente muy linda que nos fue uniendo a todas, con el anhelo de encarnar cada una de esas estrellas, para demostrar que hace 30 años, ahora y siempre, María es la Reina de todos los corazones de la Juventud Femenina.
Escribir mi testimonio sobre el Jubileo de los 30 Años del Ideal de Rama todavía se siente un poco irreal porque fueron varios meses de preparación para ese día, y al poner estos sentimientos en palabras vuelve a traer a mi mente y sobre todo a mi corazón, todos los momentos que vivimos antes, durante e incluso después.
Desde el primer mensaje de Tata invitándome a ser del Team Logística supe que esta era una invitación muy especial de la Mater, llamándome a regalar mi ser JF desde donde Ella me necesitaba y me quería, y si bien sabía que sería un desafío acomodar una nueva responsabilidad en mi agenda, dije que Sí. ¿Cómo negarme cuando la Juventud Femenina, y el Ideal en sí mismo, me han regalado tanto?
Empezamos los preparativos llenas de muchísima ilusión y las expectativas muy altas, preparando todo para recibir a 250 chicas de todo el Paraguay que vibran con el ideal que nos regalaron hace 30 años, celebrar juntas nuestro caminar en Schoenstatt y a nuestra Inmaculada.
Creo que este último punto fue vital para todo el festejo. Empezando desde la restauración de la imagen de la Inmaculada que conquistamos hace 5 años, todo el Jubileo empezaba a tomar forma.
Cuando la Hermana Jimena nos contaba que la Inmaculada de Tuparenda no tenía Corona, nació una corriente muy linda que nos fue uniendo a todas, con el anhelo de encarnar cada una de esas estrellas, para demostrar que hace 30 años, ahora y siempre, María es la Reina de todos los corazones de la Juventud Femenina.
Desde la decisión de coronarla en el Jubileo (el santuario de Tuparenda cumplió 40 años y el Santuario Joven 25 años), Ella nos demostró una vez más que “La Mater cuidará perfectamente”.
Desde acomodar todo el presupuesto para ofrecer lo mejor a las chicas, hasta que se le regalen DOS CORONAS de estrellas (casualmente el 8 de septiembre), hasta que deje de llover para la hora en que iniciaría el festejo, incluso con un pronóstico de 100% lluvia para todo el día; todo acerca del Jubileo parece estar envuelto en la bondad de Dios Padre.
Con muchísima alegría, más de 320 chicas vibramos ese día, vivimos y nos incendiamos de amor por la “Mujer vestida de Sol, Corazón de la Nación de Dios” y salimos recargadas del Ideal para llevarlo con nosotras a todas partes.
A casi dos semanas, recuerdo el festejo y principalmente la preparación como un tiempo de incontables gracias, lleno de regalos y bendiciones de un Padre que se hace presente en todo momento y una Reina que nuevamente acepta la corona que le entregamos todas juntas.
Itauguá, 06 de octubre del 2022
