Hace una semana, la parroquia Santi Patroni recibió una llamada inesperada, que provenía del Vaticano.
En nombre del Papa, preguntaron al parroco si la comunidad podría participar de una misa celebrada por el Sumo Pontífice todos los martes a las 07:00 de la mañana en Santa Marta con diferentes parroquias de Roma.
Conicidentemente Santi Patroni es la parroquía donde Alcy Galeano, Enrique (Kike) Fanego y Sebastián (Chevo) Colmán de la Juventud Masculina de Paraguay se encuentran impulsando «Misión Roma», un proyecto de carácter apostólico que busca la fundación del movimiento de Schoenstatt en la ciudad de Roma.
Este es solo el comienzo de una emocionante y atrapante historia que tiene como protagonista al Papa, unos paraguayos y el tereré. Por lo que ahora será Kike en primera persona quién te contará todos los detalles de este encuentro soñado:
Ya hace 7 años la parroquía había recibido la misma invitación y ahora la volvía a recibir, porque se va rotando. La persona que llamó le dijo al párroco que el Papa invitaba a todos los Padres de la comunidad, que son Schoenstattianos y los jóvenes en especial a ser parte de la misa.
Ese martes (12 de noviembre) salimos a las 06:00 de la estación de tren, llegamos allá a las 06:30, realizamos todos los trámites, tuvimos que pasar por tres controles para ingresar. Ya dentro de la capilla Santa Marta, un sacerdote fue quién nos ubicó, y nos dijo que en breve comenzaba la misa, que nos quedemos por allí.
Derrepente miro la hora y en ese mismo momento veo que todos se levantan repentinamente, entonces también me pongo de pie y al levantar la cabeza el Papa ya estaba frente a nosotros.
El Papa entró, celebró la misa super serio y al finalizar se despide sin mencionar nada sobre los presentes. Entra a la sacristía, vuelve a salir y viene hacía nosostros, se sienta en una silla, frente a una imagen de María y parecía que le estaba rezando a ella, se notaba que fue él mismo quién pidió que se ponga esa silla allí, porque era la única que estaba afuera del lugar de los asientos, frente a un pilar y se notaba que no debía estar ahí.
En un momento se acercó para saludar a María y luego nos saludó a nosotros. Posteriormente hicimos una fila larga y de a uno pasamos a saludarlo personalmente.
Estaba llegando mi turno, por lo que que me puse muy ansioso, cuando llegue junto a él le saludo: Hola Santo Padre, como está. Buenos días, tenía pensado decirle algunas cosas, pero las palabras no me salían, entonces le digo: Santo Padre, te acordas de este cartel (mostrandole el cartel que teníamos cuando le llevamos la chipa en el primer encuentro), me responde que si, entonces le recordé que esa vez nos había pedido tomar tereré, por lo que le traje de regalo un termo de tereré, pero no salía de mi mochila, ya me estaba poniendo nervioso, entonces él me pregunta «¿En serio es para mí?», si es para vos Santo Padre, le respondo.
Antes de venir a Misión Roma yo sabía que iba a tener un encuentro con el Papa Francisco, no sabía cuando, ni como, pero ese era mi sueño. Por eso estando en Paraguay compré el termo, le mandé poner su nombre y lo traje conmigo.
Al agarrar el termo ve que tiene su nombre: Papa Francisco y sonriendo me dice «muchas gracias». Le entregué el kit completo, con yerba incluida, a lo que más emocionado exclamó «Ahhhh mira, menta y boldo». Después de eso le pedí que me bendijera algunas imágenes y que rezará por mi familia, «Si, pero como se llaman», respondió. Le contesté que mis padres son Gustavo y Cristina y mis hermanos Gustavo, Sabrina y Virginia, al último también le pedí que rece por mi novia que se llama Constanza, «Claro que sí «, fue su respuesta.
Todavía no dimensiono todo esto que me tocó vivir, pero estoy seguro que en unos años capaz lo pueda hacer.
Sebastián (Chevo) Colmán llegó junto al Sumo Pontífice con una peregrina en mano.
Alcy Galeano junto al Papa bendiciendo la bandera de la Juventud Masculina.