Hoy conocemos el testimonio de Fabricio Caballero, joven encarnaceno de 25 años, integrante de la Juventud Masculina Universitaria de Schoenstatt, quien nos cuenta la increíble experiencia que le tocó vivir en la “Cruzada de María” en enero del 2023
Como inicio de este sueño o como semilla del reino plantada en su corazón podemos decir que en un campamento vivido en Akati Universitarios en el año 2018 a través de Nicolás Fleitas miembro de la Juventud Masculina Universita de Asunción, conoció sobre esta Cruzada, ya que compartió sobre su experiencia. Quizás fue el momento exacto en que Dios en su infinita bondad empezaba el plan sobre lo que viviría años después.
A partir de esa curiosidad y de lo conversado con el Padre Cristian Rodríguez quien es su asesor, que también había realizado aquella cruzada; en principio fue un sí a ciegas. Mirando atrás, era lo que Dios tenía preparado para él. Todo este proceso lo realizó en silencio, pero siempre con el apoyo incondicional de su familia y sus amigos. Fue un tiempo de disposición espiritual en el que no faltaron las dudas, sobrevino el miedo, también cuestionamientos. Pero por el momento personal que se encontraba transitando, era una necesidad o quizás el momento preciso de realizarlo. Era un llamado y la intención de hacerlo por ideales personales y llevando consigo el anhelo de la Conquista del Santuario para Encarnación. Que al igual que él, también estaban otros llevando la misma intención, porque tampoco tenían un Santuario en su ciudad, pero sí el anhelo de conquista. Así que muchos vivieron el mismo sueño y esfuerzo, pero no faltó la audacia para emprender la peregrinación de 420 km para atravesar la Cordillera de los Andes saliendo del Santuario de Mendoza Argentina hasta llegar al Santuario de Bella Vista en Chile.
Esta cruzada estaba compuesta por la Juventud Masculina Internacional, Sacerdotes y Seminaristas, de 7 países (Paraguay, Brasil, Chile, Argentina, España, Suiza y México) en total 115 personas realizando el camino de Mario Hiriart (declarado Venerable por el Papa Francisco). La Cruzada de María consiste en peregrinar hasta el santuario de Bella Vista en Santiago de Chile, siguiendo la ruta sanmartiniana; que se inició en 1999 con el fin de unir ambos Santuarios siguiendo el ideal de Mario Hiriart de poder «construir un Santuario sobre los Andes». El punto máximo de la peregrinación es la llegada al Cristo Redentor, símbolo de la paz entre Argentina y Chile; a los 3.850 msnm, donde se celebra la Santa Misa y luego se comienza el descenso hacia Santiago de Chile. Son 17 días de esfuerzo físico, reflexión, oración y mucho compañerismo.
En esta peregrinación a Paraguay le tocó encargarse sobre la espiritualidad, ya que había peregrinos que la realizaron más de una vez, lo que nutrió mucho la experiencia con un Manual de Apoyo en la que Paraguay se lució por la riqueza de su contenido, el mismo sirvió de guía en el peregrinar, prácticamente un vía crucis. Material estructurado por el Padre Santiago Ferrero, Ricardo Villalba, Alcy Fabian Galeano quienes también peregrinaron; fueron charlas muy enriquecedoras, comprometidas con el Movimiento y con la Juventud Masculina.
Entre los peregrinantes, cada uno le dio un sentido diferente a esta peregrinación, cada uno vive desde su experiencia.
Fabricio, en primera persona, nos cuenta la experiencia vivida:
El día que llegamos a Mendoza y mientras esperábamos a los demás, fuimos al Santuario a rezar; el que se encuentra en una altura considerable. Éste fue el primer desafío o temor que enfrenté ya que Mendoza está a 900 mts. sobre el nivel del mar, ahí ya sentía esa presión propia por la altura desacostumbrada, hacía mucho calor. Y encontré dificultades al subir, pensé, ¿qué hago acá? No voy a poder hacerlo, me agarró pánico. Sentí miedo y no podía respirar.
El punto de inicio era Mendoza, desde donde partimos el 16 de enero, fueron diecisiete días hasta que llegamos el 01 de febrero al Santuario de Bella Vista. Fue una experiencia única, de la cual no quiero comentar muchos detalles, dejando parte de la experiencia para quien desee vivirla. De igual manera, volví con la idea de poder sembrar en otros jóvenes la idea predilecta de vivir la Cruzada de María, ya que no quiero quedar en la historia como el primer y único encarnaceno que pudo hacerlo, sino ayudar a otros a encender sus corazones y la valentía de ese salto mortal.
Lo único que sostengo y repito sin temor a equívocos es que no me arrepiento de esa locura de amor por la Mater. Se dice que quien sube una montaña, no es el mismo que baja; y puedo dar fe de ello. Siento que cambiaron muchas cosas, miro el mundo de otra manera y el corazón arde por la Misión.
La cruzada de María no es una lucha por la Independencia, sino contra lo que nos aleja de Dios, que impide descubrirlo cercano y vivir en una Alianza de Amor con él. No se trata de movilizar cañones sino espíritus dispuestos a darse por entero para que María reine en medio de su pueblo.
Muchos desconocen esta aventura, algunos ni siquiera escucharon de ella, por eso queremos compartir esta experiencia maravillosa realizada por un valiente corazón y ofrecida como Capital de Gracia por la conquista espiritual y material del Santuario en el Sur de la Nación de Dios, corazón de América.